Soledad González

By | martes, junio 01, 2010 Leave a Comment
Soledad González
20 Poemas Éditos
y 12 Poemas Inéditos




De: Cavilaciones puercas (2009)


COMO EN LA RADIO


Deja de extenuarse.
Arroja parte de su ropa al río, invierte en actividad,
abre el cobertizo para los animales, ejercita las pantorrillas.
Camina sobre la hierba crispada por el otoño.
No está buscando respuestas, sólo escucha la radio.
Adentro del cobertizo el mundo parece caliente, pero tumultuoso.
Afuera, ni siquiera los incendios apagan el frío.
Sabe que sus manos llegaron a la edad madura y que el amor se enrarece.
Vienen otros, detrás suyo, horizontes y estaciones.
Sólo salir un rato. Después música, después ruido.
Como la radio.


MIS SENTIMIENTOS

He sentido el poder deseante del que no está,
el absorbente del que se diluye,
la implacable irradiación del que se sustituye.
Otra cosa.
Me miro en la situación. No logro frotar mi espalda
sobre lo echado de menos.
Me arrojaría en estos brazos porque adoro arrojarme.
Salgo de mí (puntos suspensivos) vuelvo a mecerme en esta aparición.
Soy yo.
Es de repente, en la tenue sensación de este amor,
otra vez, que aparecen lo  inmóvil, cada final de año
y el estado mineral de mis sentimientos.
Todo está ahí, entre párpados y en los pliegues de tu ropa.


LA SUBIDA


Hay un tiempo en el que uno espera que las cosas se ordenen
Que vuelvan al orden que ya conocen
Pero no sucede
El orden busca otra cosa, se aburre de sí
Otro cause. Este no
El mundo es una porquería. Pakistán, Afganistán arden
A 40 Km. las montañas arden
La casa de la sequía  y de algún estúpido está cerca. Somos vecinos
Digamos que las cosas no han mejorado
Siguen su curso. Se aquietan
Estoy en el lado/esperando mi
El lado que retumba/en si
La cabeza montaña/recostada
En ella/silencio
En sus piernas/corazón
No hubo una lengua/así
Buscando/
Fotografía/lugares
Entre tanto se mantiene/atrás adelante
Como montaña corazón/en el mismo lado
Esperame/


NO DEBERÍAMOS DEJAR QUE OTROS SE INCENDIEN EN NUESTRO LUGAR
Despierta en su pecho un dueño.
Atiza aquí, apaga allá. Hace sonar un viento que reverbera.
La identidad, de paso por ahí, lo demora.
Que estés, que no mueras, escucha esto,
sin dejar de extrañar,
sin comprender mi forma atómica.
En la fascinación de este eco
reverdece también un remolino.
Tu debilidad atraviesa dinteles,
despeja cerrojos, y despeina los senderos
que esperaban su turno.
Los pasos se ensanchan.
No sabemos dónde nos lleva el instinto.
¿Es lo que los humanos llaman intuición?
No deberíamos dejar que otros se incendien en nuestro lugar,
pero todo vuela.
Voy a  asirme de esta forma
el mayor tiempo que pueda.
Mientras tanto mi anatomía se organiza,
los senderos se orientan:
éstos que iban paralelos y aquellos que se cruzan.
Incluso hoy, frente a un plato de comida,
me siento una línea de puntos.


ADEMÁS

Desconoce y avanza. Cuando encuentra un lugar seco,
 se humedece y sus pies chapotean.
Ya no siguen una línea ni un ritmo.
Espectan en la colina y arrastran tierra.
Una huella es más que un recuerdo.
Un surco, activa la herida, llama a las cicatrices.
Los ojos, beben el agua de estanque para el caballo y el pájaro.
Los que cuidan las señales, leen en el vientre
el calor de lo que se cuece y madura.
Sin que lo notes, arrastran las secreciones que empujan tu pupila.


TRÁFICO

Al fin llega un costado
donde almacenarse junto a los granos.
La felicidad cruje como cubitos de hielo
eyectados de la cubetera.
"No sé si esto va hacia  atrás o adelante."
"No sé si hay que enfriar o descongelar."
En los supermercados todo es artificial.
Pero las luces ayudan como en el parking.
No deberíamos dejar que el pasado y el presente
 se suspendan.
-Perdón,  me han sorprendido en la intersección.
"Que no nos expliques, por favor"
gritan los pasajeros.
"Yo muero de nostalgia por lo que ya no será"
se lamenta el conductor del minibus.


PARTÍCULAS

En la vidriera veo vísceras. Es un sueño extraño.
Maquinaria y colágeno.
Todo a un precio razonable.
Pero cuando  atravieso paredes,
protejo mi cabeza y entro en
habitaciones amatorias y oscuras.
...
Y ninguna llave sirve
porque las paredes no tienen cerraduras.
Se entra y se sale así, cuidando la cabeza.
Nadando con los pies.
Así, al fin, me he encontrado.


TU PELO

Recuérdalo, cuando resueñes palabras que no existan,
voy a lamerte por completo.
Voy a limpiarte y pegarme a tu pelo.
Ahora tus palabras me son tan familiares
que no me sueltan (amamos la repetición y el "deja vu").
Sin embargo te lo digo, cuando perviertas mi lengua,
tendré que llenarme de ti,
y aparecer siendo  otra.


VAMOS EN ESA DIRECCIÓN

Se fue el verano, quedó esta tristeza.
Va y viene.
Se estira el misterio sobre la mesa.
En este corazón trota un caballito.
Praderas extrañas.
El clima parece selvático.
Nuestra respiración calienta.
Arden las estrellas, suenan las piedras.
En este río se arrulla el futuro.
Mojemos nuestros pies y que beba el caballito.
Adiós, adiós, saluda una mano,
entre cañas y plumeritos.
Quise decir quédate conmigo.
Otra vez la melancolía.
No tiene cara pero huele a tierra mojada y a pasto
Tenemos un largo camino ¿no es cierto?
Vamos en esa dirección vadeando el río
y tus manos, allá lejos.


PECES

Las ráfagas de un amor.
Silencio discontinuo.
Algunos intentan pequeños movimientos.
Unos abren sus casas, otros sus corazones.
Fiesta de cumpleaños, comida, invitados y jardín rastrillado.
Al terminar el día insinúa su cabellera
Algunos almirantes mueren en la marina,
pasan días equivocados en la tierra y
el mar se les escapa cada mañana..
Algo se pierde en tus líneas
Quisiera protegerte.
Tengo marcas en todo el cuerpo,
los ojos se abren para llorar y
las manos para buscar peces.


VIERNES 18-04-08 AEROPARQUE

Las jerarquías en un vuelo son aberrantes
Qué clase de hombre es éste?
Y adónde pertenece?
Con sus zapatos azules de taco antiguo,
se cuelga una llave en su cuello y es rubia, la comandante.
Nosotros hemos pasado un día en espera,
rogando a los empleados que nos ayuden.
Y ellos comiendo de nosotros hasta pedir una soga para colgarse.
Afuera el humo ha cubierto la ciudad por completo.
Yo pensé que los pobres quemarían los campos
por el odio que sienten ante la abundancia de los ricos.
Pero no, son  los mismos dueños de las hectáreas que nos fumigan,
mientras la presidenta de la nación sacude sus  polleras
y allá en la reunión de reconciliación un vocero advierte
"el secretario no estaba invitado pero no se lo puede echar".
Lucha cuerpo a cuerpo entre los gladiadores.
El problema es que todo esto no conduce a ninguna parte.
Lucha y efectos. Necesitamos un buen toro o una vaca
que se ponga a pastar, que rumee en nuestras cabezas
y nos asimile  a un universo de estiércol y retoños,
retoños y abono, abono y menos prisa por terminar con el enemigo.
Los dineros de la pareja presidencial apestan y sus discursos
hieren cualquier sentido de realidad, madre.


VIDA MÍA

Si pudiera te abofetearía cien veces.
Cien veces cien veces.
Hasta no tener fuerza, hasta sacarme ampollas en las manos.
Si pudiera no te lo diría, te lo daría por escrito en la pared de tu casa.
Estúpido, estúpido, estúpido para que lo leas y lo leas.
No siento compasión por nadie. A veces por mí. Pero trato de sacudirme.
Porque la literatura es asquerosa, el cine pornográfico y el teatro impotente.
Como la mayoría de los sucesos.
Tengo algunos santos. Estoicos, animistas y sensuales a su manera.
Viejos lobos y zorras que alinean mis sentimientos. La manada.
Me mantienen alerta, puedo abrirme un camino en la nieve.
Aullar o meter la cola entre las patas y desaparecer sobre el fino hielo.
Esa es mi destreza, querido. (El precio es inmenso.)


ODISEA

Tu herida era más grande que la mía
Era abismal
Me llamaba desde el otro lado del mar
Me llamaba
Nunca cerraba
Y sus sonidos eran diferentes
A veces tenues
A veces mudos
Mi corazón se achicaba
Y volvía  a sentir el aire
-vida mía-
Tu barco se acercaba y partía
Era intermitente
Como la  aparición de ángeles con fanfarreas
Era el misterio
El remolino de todos mis sentimientos
Yo, a veces, me sentaba y pensaba
(intentaba buscar una imagen, no venía)
Nada entraba ni salía de esta sensación
Solamente, a veces, el sueño.


PAMPA DEL INFIERNO

En el Chaco viven las Pampas del Infierno.
Nuestra presidenta no entra allí
porque hay una muñeca, atada  a la parrilla de un camión,
con su misma cara. La rodean mariposas y pequeños insectos
estampados en la finísima rejilla.
(La brujería asusta, la mentira tranquiliza a Macbeth.)
La comida escasea y ellos miran por televisión:
el partido, la patria, el baldado y la baba.
La tela es resistente.
En las Pampas del Infierno, susurran los juncos
y algunos esperan... vaya a saber qué


TARDE EN JUJUY

Liliana Herrero
arrima  a esta reunión
su deseante sintaxis animista.
Abre aquí un escalón extraño
que comunica con el interior
y el páramo.
Nosotros podemos callar, porque ella
nos habla desde
ese lugar
lleno de  impresiones.
La materia del alma
trota y ojetea en el río
Con ojos de garza
vuelve su cara  al paisaje.
Al fin nuestras entrevisiones
abrazan el fugitivo signo, sin imágenes
y con rugosos sonidos.

BEBE AQUÍ

Animal errante bebe aquí
en el tiempo que atrapa
el salto que no acaba
Como la última hora
En todos los brazos
Como sintiendo
Como el olfato
que esconde
una fecha perdida
en un humor futuro
Allí van
Aquí aparece
Se anima
Un paisaje lunar
Lleno de ti


VENUS EN MI PLATO

Me gustan
tus ojos de murciélago
tu piel de aceituna
tus uñas sucias
tu manera de pararte
de apretar los labios
tus silencios
tus tartamudeos
tu tacto
tu forma de estar
tu silueta masculina
tu vista selectiva
tu oído musical
tu escucha natural
tu desorden
tu animal de corral
tu deseo
tu paseo por mí
tu orilleo
en mis cosas
tus pies extraños
Me gusta tu boca
tu pasión de aldea
tu tracción religiosa
Me gusta
lo que no me das,
lo que ya no pedís,
lo que añorás de mí
y lo que me robás.


PENUMBRALES

Dice de sí
"No soy bueno par estas cosas"
Aparece
Y se presenta haciendo un paso atrás
Como si tuviera que contenerse
Es un umbral, un lugar que conoce
"¿Qué cosas?" le pregunta la mano que lo toma por el cuello
Y lo hace entrar
"Estas cosas..." pero ya el tiempo se lleva las palabras
Y está adentro de la casa y el cuerpo que esperaba.


VORAZ

Este niño se ha comido un plato lleno de dientes.
"Qué gustos aberrantes", atina a decir una mujer mayor vestida como abuela.
"Tengo la infancia, la desnudez y el apetito a mi favor", piensa el niño.
Sus ojos y sus encías brillan en la cocina muy limpia que los separa de la noche.


MUROS

Atrás quedaron los revestimientos,
algunos adhesivos, pegamentos...
Los muros al desnudo
le provocan ganas de tirarse contra ellos
hasta rasparse y lastimarse la piel.
"He vivido en esta casa muchos años..."
Uno se pregunta qué guardan las paredes.
Las paredes responden: Nada.
El decorado imantado de una familia
yace en el contenedor


De: Antes Que Yo (Inédito)


DICE VIENTO


Su cuerpo ahora se me antoja sinuoso,
como esquilmado,
con todo sus poros abiertos pero secos,
agotado en su extensión y tumbado arriba,
mío.

Primero fue filoso y esquilado,
lábil y lubricado,
una mantaraya, liso, embebido en fluidos,
preparado.

Silencio acuático, fondo de lodo.
Se recuesta a su lado
un mundo abigarrado y melindroso
que arrastran  medusas y cochinos
con la voz empapada y el ronquido escurrido.

Bebo en su boca
una ciénaga abierta entre los labios
y el reptil  entre dientes da un chasquido,
no duerme de verdad,
resopla, dice viento, echa un silbido.


CORALES


no soy vieja ni joven
ser humano
género humano
en equilibrio precario
¿dónde?
la línea del horizonte tambalea imperceptible
femenino soy
el lugar es bucear
y parpadeo
todas las superficies en un segundo podrían borrarse
¿qué quedaría?
marea
recuerdos
la finísima cavidad de los corales


CÁRMINES

Sigiloso, 
buscando en  las aguas su río.
Pasa noches en el mundo
sobando su boca. (shhh cabeza en ombligo).

Tres partes de su cuerpo son de agua.
Sobrevive al estrago,
marea desatada.
Entre sus aguas y el mar un segundo de piel
se eriza y arremete
sin prisa
su mano temblorosa y ligera
no toca ya las aguas,
no distingo su risa.
Apenas arremete se retoba.

Cármines, el profeta (un viejo borracho)
con su perro negruzco y ladino
me sentencia no pierdas los zapatos en el viaje (¿Qué?)
 yo sigo.


CON LOS CODOS


Es calvo y está solo.
Su mirada fugitiva
sin embargo intimida a todos.

Ha escrito muchos libros
Por eso algunos piensan que él ya debería estar muerto.

Espera algo.
Permanece, sin posar la vista mucho tiempo.

Aúlla y frota con los codos su mesa de trabajo.
Las palabras lo acucian lo distraen lo calman.
Después,
espera.


EJERCICIOS


ejercicio1: el presagio
No hay culpables en las cosas hechas por amor.
2: la visión de las cosas
Ninguna cosa ocupa nunca un lugar exacto. Sólo los recuerdos.
3: el legado
¿Podré dejar mi historia en ningún camino?
4: la inquietud
No duermas en ese umbral...  hay sueños que son más reales que la vida misma.
5: el misterio
Cuando seas viejo sabrás quien soy.  Mientras tanto no busques mi rostro... te volverías melancólico y torpe como el sonámbulo.
6: el desencuentro
La mirada del actor solitario hace un paneo escrutando esa masa humana y oscura que es el público.
7: la búsqueda
En la cara del actor se insinúa una sonrisa.
8, 9 y 10: el estado de las cosas
un incendiario ha perdido el equilibrio y la calma, mata a su amante y se inmola. ¿Porqué? (vuelva al ejercicio1)


ARREBATO

sumido en el terreno vertical
del latido, del suelo del oído, de la sed
sordo
la sangre en los pelos en la piel
la mano entre el latido y en la sed
el salto en el pelo muerde el pelo
perfora la carne
 y ve en el reflejo el bosque quieto
que cae
sobre su sien


TRENES

¿De quién sueñas cuando sueñas?
Sueño con una mano
que aplasta mi boca
ocupa mi boca
Sueño
pájaros que caen muertos
muertos con una suave
inclinación
en sus cuellos
caen y golpean
Sueño
cables que
cruzan sobre mi vista aérea
un hombre que hace gestos simiescos
en medio de la vía
el tren que se detiene
Sueño
el arrepentimiento de los padres
unos idiotas
aferrados a algo
Sueño
una mujer
que sostiene sus senos
los roza y los ofrece
Sueño
dientes chirriando
uno que es abandonado
el tren que reparte
la verde línea humedecida
damascos acariciados
el simio que se aleja
por pasarelas
la lentitud de los techos
Sueño
una mano en mi boca
los ojos abatidos
lo demás cercano
Sueño
el tren que entra en estación
andén número 4


ESTO SOY

Yo puedo repararlo todo.
Puedo, si quiero, disecar una parte de mi cuerpo
y hacer que brille, por encima de todo lo demás.
Pero le prometí a mi padre que no lloraría delante de ninguno.

Yo le dije a mi padre:
esto soy.


NOSOTROS



Nosotros amamos.
Nos movimos hacia el oeste.
Regresamos.
Nos acusaron de desarraigo.
Sentimos el estómago hueco, las babas, la jauría.
Ofendimos a un grupo de ancianos.
Nos peleamos.
Conocimos la venganza, el deseo de dañar, nos dañamos.
Fruncimos el ceño
Nos ofrecimos como cuerpos vacíos.
Nos dieron de comer.
Comieron de nosotros.
Nos dejamos compadecer compadecimos.
Aprendimos  la piedad de ojos prestados.
Lavamos la ropa que llevamos.
Nos dejamos vestir.
Fuimos odiosos.
Nos sentimos exhaustos.
Huimos.
Seducimos a un verdugo por temor.
Escapamos.
Cruzamos un río caudaloso.
Nos echamos.
Un perro vino a lamernos los pies.
Nosotros vimos al perro.
Nos encariñamos con él.
Y supimos que nuestra familia
ya no tocaría nuestra frente.


UNA TARDE MARINA



El olor al bronceador.
Las papilas dilatadas,
a todo eso me refiero.
A todo eso.
A todo eso, me refiero.
Él, un luchador (decidido a ser el centro, el blanco, el centro y el blanco de la tarde).
Ella, avanza, impenetrable.
Ella, avanza.
Él avanza también.
Imagina el escalón.
Ella, nada.
Y él, el centro.
Quisiera violines en cabalgata.

PRIMER MOVIMIENTO


Esquive, ella.
Confianza abusiva, él.
Escondite y huida, ella.
Estrategia del avestruz, él.
Ella se llama Úrsula. "¿Sabe dónde hacer una fotocopia láser en la zona?", le está preguntando.
Él casi no levanta la vista ahora. "Al lado del consulado italiano."
Ella sabe.
Él escribe el nombre de ella como para jugar y poseerlo.
Úrsula. Ella Úrsula.

SEGUNDO

Ella voltea, dice gracias.
Él quisiera escupirle, arrastrarla, hacerle sangrar las rodillas, ensuciarle la cara y verla llorar.
No dice nada, su esófago habla.
Úrsula lleva una foto con sus amigas, todas de pelo largo y sonriendo en un lugar nevado, la cima más alta.
Es joven. Desde chica le gustan los hombres beligerantes.
Decidida a golpear.
Úrsula escucha trompetas, no violines. Trompetas como escaladores de montañas.
Él resopla con esófago y faringe y se calla en garganta.
Octavio. Él se llama Octavio, porque nació en el octavo mes. Agosto, el mes de los vientos, (podría haberse llamado Alicio). En una ciudad dormitorio patagónica. Un nacimiento y una infancia agrestes, rodeado de lugares vacíos.
Úrsula dice "Octavio, ¿dónde hacen fotocopias láser?"
Octavio está limpiando unos lentes de sol con aumento, limpia unos lentes de sol con aumento, y hay una foto en blanco y negro de su familia delante suyo.
"Al lado del consulado italiano".
 Tres
Ella bate la foto como abanico, la muestra y la esconde mientras la boca se estira entre los dientes.
Él mira a través de los vidrios oscuros con aumento, mira sin calzarse los lentes. Primero hacia arriba, después hacia adelante, en la cara y el cuello de Úrsula.
Ella dice que necesita unos lentes de sol. Le muestra la foto: "mi viaje de egresada".
Él se adelanta, tres pasos, sale de detrás del mostrador, toma la foto, deja los lentes.
Ella se pone los lentes y se mira al espejito.
La nieve, Úrsula con gorro y guantes, el cielo abierto, un lugar agreste. Octavio: "El sur".
Mira el cielo otra vez. Mira a Úrsula, riéndose, los brazos como lanzados.
- ¿Octavio?
Octavio quisiera golpear.
- ¿Octavio?
- ¿Qué pasa?
Úrsula con los anteojos de sol lo llama.




SOLEDAD GONZÁLEZ poeta argentina nacida en la provincia de Córdoba en 1970. Es Traductora Pública de Francés y Licenciada y Profesora en Lengua y Literatura Francesa por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC); dedicada a la escritura, la docencia y la realización teatral. Una de las fundadoras de El Cíclope, espacio de producción en el campo de las artes visuales y narrativas; y editora de la revista de artes escénicas el Apuntador, entre 2000 y 2002. Entre sus obras para teatro, se cuentan: Aire Líquido, Cuerpos de hielo, Elsa y Anita,  Sarco, Las noches del ciervo rojo, Humus, La balsa de la medusa, Silencio, una historia con tres hombres solos. Ha recibido diversos galardones como el premio del Concurso Versiones del Centro Cultural Ricardo Rojas de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) por La luna (2005); el del Concurso de monólogos "Solos y solas" del Centro Cultural España-Córdoba por Ana María, estuve pensando a pesar mío (2004); la selección y  publicación  de Gilde por la editorial Tablado Iberoamericano (México, 2001). Como así también, ha sido distinguida con becas de perfeccionamiento otorgadas por la Sociedad de Autores de México, el Ministerio de Cultura de Francia, la Secretaría de Cultura Argentina, el Instituto Nacional del Teatro, la Fundación Antorchas y el Fondo Nacional de las Artes.  Participó con textos poéticos del evento "Textos no dramatúrgicos de Dramaturgos", Festival de Teatro del Centro Cultural Ricardo Rojas, UBA, 2002. En 2009, publica su primer libro de poesía Cavilaciones puercas. Docente de Dramaturgia en Jujuy y Córdoba, como capacitadora del Instituto Nacional del Teatro. Actualmente es docente de nivel medio; coordina el Programa de Posgrado de Formación en Dramaturgia de la Facultad de Filosofía y Humanidades; participa del proyecto de investigación "Pensamiento, experiencia y apropiación: caminos para  abordar algunas cuestiones en arte", en la UNC. Y participa de dos grupos de dramaturgos que ejercitan la escritura y producción colectiva, con Eduardo Rivetto y Diego López, en Córdoba; y con Gabriel Fernández Chapo (Capital Fed.) y Leonel Giacometto (Rosario).
Entrada más reciente Entrada antigua Inicio

0 comentarios: